Ha llegado el momento, ya tenemos las
manos llenas de semillas, ¡¿y ahora qué?! Tranquilos, no dejemos que cunda el
pánico, estamos cultivando nuestro propio huerto urbano para relajarnos y
llevar una vida más saludable y natural, ¡no perdamos eso de vista!
Pues bien, con calma, recordaremos que
hay varias maneras de cultivar nuestras semillas y que
ahora nos toca elegir cuál de ellas es la que más nos interesa. Así que vamos a
empezar con la siembra directa.
¿Qué es eso de siembra directa?
Significa que vamos a plantar nuestra semilla en el lugar donde va a vivir toda
su vida, evitándonos tener que hacer trasplantes conforme vaya creciendo. Pero
no os dejéis llevar por la emoción y decidáis que esta es la mejor manera,
tiene su parte positiva y su parte negativa.
Como os adelantábamos, plantar en semilleros
nos va a permitir cuidar mejor de nuestras hortalizas, pero, a veces, tendremos
que optar por la siembra directa.
Como habréis podido deducir, las plantas
que son óptimas para una siembra directa son aquellas que tienen las semillas
fuertes y grandes. Por ejemplo, la calabaza, el maíz, el melón, la sandía o el
haba son hortalizas que van a crecer bien sin necesidad de comenzar su vida en
un semillero.
Pero también hay otras hortalizas que
deben plantarse de manera directa porque luego no va a ser posible realizar un
trasplante –es decir, no podremos pasarlas del semillero a otro espacio más
adecuado cuando sean plantones-, como es el caso del rabanito, la zanahoria, la
espinaca o el perejil.
Ya sabemos qué plantar de manera
directa, ahora queda preguntarse ¿cómo? En primer lugar tenemos que realizar un
hoyo de la profundidad adecuada a la semilla, normalmente va a ser de tres
veces el tamaño de esta; tras lo que depositaremos de dos a tres semillas.
Cuando nuestras plantas hayan germinado
y empiecen a desarrollarse las plantitas vamos a tener que eliminar aquellas
más débiles para dejar sólo las más fuertes. A este proceso se le llama aclareo
y podemos hacerlo en dos fases: primero eliminamos una de cada dos plantas y
unos diez días después haríamos otra pasada para dejar las plantas definitivas.
Una vez sabemos esto, sólo nos queda
pasarnos por el catálogo
de semillas de Semillas Huerta y Jardín
y decidirnos, ¿comenzaremos con el sencillo rabanito?, ¿nos atrevemos
con las zanahorias?, parece muy atractivo sembrar nuestros propios melones,
¿no?...
Muchas preguntas, pero lo seguro es que
vamos ¡a disfrutar del huerto!
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