Y hemos llegado al último imprescindible para poder cultivar nuestro propio huerto urbano en casa. Hasta ahora hemos hablado del agua, la luz, los sustratos y hasta de los recipientes, pero queda la estrella de nuestro huerto. ¿Ya sabéis lo que nos falta? Pues sí, exacto, ha llegado el momento de lanzarnos a por las semillas que vamos a cultivar.
Como siempre, comencemos por el
principio. ¿Qué son las semillas y cómo se producen? Son la parte del fruto que
va a dar origen a una nueva planta. La semilla se produce por la maduración de
un óvulo de una panta gimnosperma –cuyos óvulos y semillas no se forman en
cavidades cerradas- o de una angiosperma –cuyas semillas están encerradas y
protegidas por la pared del ovario- y contiene un embrión del que podrá
desarrollarse una nueva planta.
Tras la parte teórica, llega la pregunta
más práctica, ¿por qué sembrar semillas? Es cierto que hay otras maneras de
poner en marcha el huerto, por ejemplo, con plantones –una planta ya crecida que
colocaremos en la maceta-, pero en Semillas Huerta y Jardín preferimos las semillas.
Por un lado, porque somos nosotros los
que cuidamos a nuestras hortalizas desde el principio en un
proceso que imita exactamente al que vemos en la naturaleza y, por otro, porque
es una forma bastante económica de tener un huerto: tras adquirir nuestras
primeras semillas, las siguientes
las vamos a obtener de nuestras cosechas.
Evidentemente, estamos hablando de un
proceso que implica más trabajo que si escogiésemos plantones, ya que empezamos de cero y tenemos que cuidar las
semillas hasta que germinan y se convierten en los estos, pero creemos que
merece la pena.
Como siempre, podemos elegir nuestras
semillas en el catálogo de semillas de Semillas Huerta y Jardín.
La variedad es inmensa, por ejemplo, podemos escoger entre semillas de flores, que van a darle un toque de color y
olor a nuestro huerto, de plantas aromáticas -de las que ya hablaremos en futuros
posts-, de semillas de hortalizas de raíz –como las zanahorias,
el rabanito o el nabo- o de semillas de hortalizas de hoja –como la acelga, la
achicoria o el apio-.
También y por supuesto tenemos la opción
de adquirir semillas ecológicas, de las que hablaremos muy pronto, y con
las que respetaremos el medio ambiente al 100% volviendo a los orígenes de la
horticultura, donde se plantaba lo que daba la naturaleza tal cual.
Pero no nos volvamos locos, poco a poco
iremos hablando de todo lo que podemos cultivar desde la semilla, empezando por
las hortalizas más sencillas con las que todo novato puede iniciarse.
Por hoy ya tenemos bastante información,
en la siguiente entrada ya nos meteremos en ‘matierra’ –juego de palabras
fácil, muy fácil, pedimos disculpas de antemano- y veremos cómo plantar nuestras semillas.
¡A disfrutar del huerto!
No hay comentarios:
Publicar un comentario