martes, 10 de junio de 2014

Cultivos imprescindibles: la lechuga

Si hay alguna hortaliza que relacionamos rápidamente con el frescor de una buena ensalada en los días más calurosos esa es la lechuga. Buena razón para incluir este cultivo entre los imprescindibles de nuestro huerto urbano, ¿no os parece? Ya os hemos dado unas pinceladas de cómo cultivar esta hortaliza en una entrada anterior sobre cuáles son los mejores cultivos para iniciarnos así que, ahora, vamos a desarrollar un poco más la cuestión y a ver los secretos del buen cultivo de la lechuga.
Su nombre científico es la lactuta sativa y proviene de Asia aunque pronto se extendió por toda la cuenca mediterránea convirtiéndose inmediatamente en un alimento básico. La lechuga tiene diferentes variedades y, según la que queramos cultivar, sembraremos en otoño o en primavera. Iniciaremos su cultivo en semilleros y, aproximadamente un mes después, ya podremos trasplantar el ejemplar en un marco de plantación de 25x25 centímetros.
Aunque este cultivo, a diferencia del tomate o la berenjena, aguanta bien el frío, procuraremos protegerlo de fuertes heladas. Lo que no aguanta es el excesivo calor. Con temperaturas altas, las hojas de la lechuga tienden a espigarse es por ello que es conveniente su cultivo en otoño y primavera y no en verano.
Otra característica de la lechuga y que las hace ideales para quienes nos estamos iniciando en esto de la horticultura es que no son demasiado exigentes con ellos nutrientes del suelo por lo que no requerirá de un abonado consistente aunque sí deberá de estar bien suelto y trabajado. Respecto al riego, y como muchas de las hortalizas de las que hemos hablado en el blog, necesitará de una humedad constante pero evitando los encharcamientos. Por ello, y al contrario que el tomate, por ejemplo, que precisaba de pocos riegos pero abundantes, la lechuga crecerá mejor con riegos cortos pero frecuentes.
Al mes y medio de haber trasplantado nuestra planta, la lechuga ya estará lista para ser recolectada. Es una de las hortalizas que hemos visto que menos tiempo necesitan para su cultivo así que, para los más impacientes, resulta una planta ideal, aunque ya sabemos que la horticultura es un arte que precisa de paciencia y constancia.
Volviendo a los cuidados de la lechuga, es una planta propensa a sufrir plagas de pulgones, caracoles o mosca blanca y enfermedades como el mildiu, la brotitis y el virus del mosaico de la lechuga así que tendremos que vigilarlas con cierta regularidad y tratar de atajar cuanto antes estos problemas si llegan a sufrirlos. Así que, ya sabéis, con un poco de cuidado y de paciencia, pronto podremos disfrutar de nuestras propias lechugas, alimento base y muy beneficioso para la salud pues posee mucha cantidad de vitaminas A, C, E y B, por lo que es un perfecto antioxidante, y muchos minerales como el hierro, el calcio o el potasio. Además, se usa en numerosas dietas de adelgazamiento por tiene poco valor nutritivo pero mucha cantidad de agua. Si estáis convencidos de que es una buena elección, sólo tenéis que pasaros por la web de Semillas Huerta y Jardín donde encontraréis todo lo necesario para empezar a cultivar vuestras propias lechugas.
Y ahora ya sí, solo queda deciros: ¡a disfrutar del huerto!

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