sábado, 7 de junio de 2014

El enemigo invisible: los virus vegetales

En el particular repaso que estamos haciendo a la lista de enemigos naturales de nuestros cultivos que comenzamos con los hongos, llega el turno de hablar de los virus: el enemigo invisible, otra de las enfermedades que pueden padecer las plantas. Su tamaño es tan reducido que es imposible verlo, incluso, con microscopio, pero no os confiéis porque en este caso el tamaño es verdad que no importa pues los daños que pueden causar son devastadores para nuestras plantas a las que pueden provocar, incluso, la muerte.
Los virus son microoscópicos.
Actualmente, se calcula que hay cerca de 1.000 tipos de virus vegetales. Este organismo, el más pequeño conocido hasta el momento, se transmite de una planta infectada a otra sana a través de un organismo vivo llamado vector. Las moscas blancas, de las que hablaremos en un artículo específico cuando hablemos de las plagas, tienen la capacidad de transmitir el mayor número de especies de virus.
Pero nuestro huerto urbano no estará a salvo de virus con el simple hecho de controlar las plagas de estos animalitos capaces de transmitir la infección pues los virus también se pueden contagiar a través de injertos, del polen, por el viento e, incluso, los podemos transmitir nosotros a través de nuestra ropa, de las manos o de las herramientas que utilizamos en nuestro jardín.
Los síntomas de una infección vírica se pueden ver tanto en las hojas como en la flor, el tallo o los frutos de nuestros cultivos. En el caso de las hojas, los virus se muestran como manchas en patrones de mosaico, como lesiones necróticas, estrías o amarillamiento. Los virus también pueden provocar que las hojas se enrollen y curven. En el caso de las flores, sabremos que nuestra planta padece un virus porque stas se deforman y cambian de color.
Hojas de plantas infectada por un virus.
Los síntomas en frutos y otros órganos vegetales incluyen patrones de mosaico, decoloración o malformación del fruto. En los tallos, las plantas infectadas por virus pueden desarrollar roturas, hundimientos o tumores. La infección vírica en las plantas conlleva una reducción de la calidad y del rendimiento de los cultivos y, a día de hoy, pérdidas económicas para aquellos que trabajan en la producción vegetal.
Sin embargo, las plantas tienen mecanismos de defensa elaborados y eficientes contra los virus. Uno de los más eficientes es la presencia de los llamados genes de resistencia. Cada uno de estos genes confiere resistencia a un virus determinado y desencadena la muerte celular alrededor de la célula infectada para evitar la propagación del virus. Además, cuando están infectadas, las plantas a menudo producen desinfectantes naturales que matan a los virus, como el ácido salicílico, el óxido nítrico y moléculas reactivas de oxígeno.
En los próximos artículos hablaremos de algunos de los virus más comunes que pueden infectar a las plantas y hortalizas de nuestro huerto urbano y veremos la mejor manera de detenerlos para evitar que se propaguen y causen el caos en nuestro proyecto verde.
Mientras tanto, ¡a disfrutar del huerto!


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