Si
vivís cerca de algún monte o montaña típicamente mediterráneo,
seguro que el olor a romero os transporta a la naturaleza misma. Una
de las ventajas de cultivar un huerto urbano como el que estamos
creando en nuestras casas es que nos permite vivir un poco más cerca
de la naturaleza, disfrutar de ella en nuestra propia terraza, y las
plantas aromáticas nos acercan, además, su olor característico.
Ya
hemos hablado de la menta, la lavanda o la hierbabuena y hoy vamos a
centrarnos en el romero, como decíamos antes. Su nombre científico
es rosmarinus officinalis y se trata de un pequeño arbusto leñoso
perenne. Sus hojas son pequeñas y muy abundantes. Las flores también
son pequeñas pues no miden más de 4 milímetros de largo y pueden
ser de color azul, blanco o rosa.
A
la planta del romero, al igual que a otras plantas aromáticas, se le
puede dar varios usos. Uno de ellos es el ornamental y también se
usa como condimento a la hora de cocinar además de como ambientador
natural. Posee propiedades digestivas, antioxidantes, depurativas...
y contiene grandes cantidades de hierro. A todo ello, le podemos
sumar usos cosméticos: con el romero se preparan aceites con los que
se puede combatir la caída del cabello y favorecer el cuidado de la
piel.
Con
todas estas ventajas sería casi un pecado no dedicar un rinconcito
de nuestro huerto urbano a cultivar romero así que, ¡manos a la
tierra!
Comenzaremos
sembrando las semillas. ¿Cuándo? En primavera y a medio centímetro de
profundidad. En zonas de clima templado, con inviernos suaves,
podemos sembrar el romero también desde principios de la estación
invernal. Sembraremos directamente en el jardín o en una maceta
bastante grande: de unos 30 litros de capacidad y 30 centímetros de
profundidad. Las semillas tardan alrededor de un mes en germinar.
Ya
hemos dicho que se trata de una planta típica de la zona
mediterránea así que no necesita demasiados recursos para
crecer: se desarrolla bien en suelos secos, sueltos y pobres respecto
a nutrientes. Tampoco en el riego es muy exigente. En la mayoría de
casos, el agua de lluvia será suficiente, sobretodo, si la planta ya
es adulta.
Como
podemos ver, los cuidados de este tipo de planta son mínimos
mientras que sus usos y beneficios son muchos. Podemos recolectar
durante todo el año aunque lo haremos poco a poco para no debilitar
la planta. Con sus hojas, frescas o secas, podemos condimentar
muchísimos platos y darles ese aroma que, seguro, disfrutaremos en
nuestro huerto urbano. Ahora solo queda hacernos con semillas de
romero y con todo lo que necesitemos para su cultivo y que podemos
encontrar en el catálogo de Semillas Huerta y Jardín. Vamos, ¡a
disfrutar del huerto!
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