La stevia (o estevia) es otra de las plantas aromáticas sobre las que
llevamos ya unos artículos hablando y aprendiendo a cultivar y,
también, a utilizar ya que las aromáticas son de esas plantas que
además de alegrar y refrescar nuestro huerto urbano, tienen multitud
de utilidades, en la cocina, sobretodo, pero también para tratar
algunas afecciones de la salud e, incluso, como 'repelentes' o
remedio casero para mantener libres de plagas y enfermedades al resto
de cultivos de nuestro huerto urbano.
Pero
de eso ya hemos hablado y hablaremos más adelante así que ahora
vamos a centrarnos en el tema -en el dulce tema- que nos ocupa hoy:
el cultivo de la estevia. A diferencia de las plantas aromáticas que
hemos visto hasta ahora en el blog, la Stevia Rabaudiana, como se
conoce técnicamente, procede del sur de América y no de la cuenca
mediterránea pero también se puede cultivar muy fácilmente en casa
así que no os preocupéis.
Quizá
no sea la gran desconocida de las plantas aromáticas si la
comparamos con la lavanda, el orégano, la menta o la hierbabuena, de
las que ya os hemos hablado en este blog, pero las ventajas de
cultivar stevia en nuestro huerto urbano son muchísimas. Para
empezar, es una planta muy apreciada por su poder edulcorante. De
hecho, los guaraníes la llamaban 'hierba dulce' pues sus hojas
tienen una capacidad edulcorante entre 30 y 45 veces mayor que la
sacarosa, ingrediente principal del azúcar. También se utiliza por
sus propiedades medicinales: se usa para reducir la presión arterial
o para mejorar las digestiones.
Es
muy fácil de cultivar, tanto en macetas como en el jardín. En el
primer caso, necesitaremos un recipiente de unos 15 litros de
capacidad. Si optamos por la siembre en el jardín, lo haremos en un
marco de plantación de 25x25 centímetros. Y, ¿cuándo sembramos?
Pues esta planta admite su siembra desde primavera hasta mediados de
agosto ya que tolera temperaturas desde los 18 hasta los 35 grados.
Eso sí, las heladas acabarán con ella.
No
es exigente con el suelo, crece bien en terrenos arenosos o
arcillosos, aunque sí es sensible a la salinidad tanto de la tierra
como del agua del riego. Y hablando de riego, debe ser constante para
mantener la humedad pero, como siempre, evitando los encharcamientos.
Necesita muchas horas de luz, tanto es así que, cuando los días
acortan, en invierno, su crecimiento se estanca y no volverá a
crecer hasta la primavera.
Como
en otras plantas aromáticas, el cuidado de la stevia es
relativamente sencillo, tanto, que no deberemos ni de preocuparnos
por posibles enfermedades ya que es extremadamente resistente a
hongos y a plagas. No hay excusa, por tanto, para no lanzarse al
cultivo de la stevia y, para ponerlo aún más sencillo, la web
Semillas Huerta y Jardín dispone de un Kit Stevia, la manera más
fácil de cultivar estas plantas a partir de las mejores semillas,
macetas de turba prensada y pastillas de sustrato compactado. Manos a
la tierra y ¡a disfrutar del huerto!
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