Y tras semanas y semanas de relajante
trabajo ha llegado el momento que más nos gusta en Semillas Huerta y Jardín –bueno, y que seguramente más le gusta
a todo el mundo-: es el momento de recolectar las hortalizas que hemos ido
cultivando en nuestro huerto urbano.
La primera pregunta que nos vamos a
hacer es ¿cuándo debemos recolectar? Este aspecto es el más importante,
ya que la calidad de nuestras hortalizas depende del momento.
Primer punto a tener en cuenta, una vez recolectadas, nuestras hortalizas no van
a mejorar, es decir, que tenemos que recolectarlas justo en el momento exacto,
cuando han alcanzado su calidad máxima.
Esto puede parecer un poco complicado,
pero con cuatro consejos y un poco de experiencia propia, al final conoceremos
cuándo nuestros cultivos ya están listos para pasar a nuestra mesa.
Como siempre, el consejo general es que
deben recolectarse justo antes de su madurez, que es cuando los azúcares que
dan el sabor a la planta comienzan a convertirse en almidón.
Para ser más exactos y estar atentos
llegado el momento, debemos saber cuál es el tiempo estimado que va a pasar en
el caso de cada hortaliza entre que son sembradas y ya están preparadas para
cosecharse. Por ejemplo, la lechuga tarda de 20 a 65 días, la cebolla unos
cuatro meses, el tomate sobre las ocho semanas… También hay signos que nos van
a decir que nuestras hortalizas ya están listas, como el tamaño de sus hojas o
vainas, o la consistencia de sus brotes.
En Semillas Huerta y Jardín, como
siempre, hablaremos de los diferentes cultivos que podemos plantar en nuestro huerto
urbano y las pistas que cada uno de ellos nos dan para que sepamos que
ya están listos para ser recolectados.
Otra cosa que tenemos que tener en
cuenta es que no tenemos que recoger a la vez todas las hortalizas (hablando incluso de la misma especie): si algunos
tomates, por ejemplo, aún no están listos, los dejaremos y recolectaremos los
que ya están maduros para ello.
Una vez que ya sabemos cuándo
recolectar, llega el momento de pasar a la acción y coger nuestras hortalizas.
Es muy importante que en esta tarea tengamos mucho cuidado y evitemos golpear o
dañar nuestras hortalizas. Por un lado, porque esto va a hacer que tengan menos
calidad, claro, pero también, porque si dañamos las plantas o los tallos vamos
a ayudar a las enfermedades a que ataquen nuestro huerto –cualquier ‘herida’ en
nuestra planta es una puerta a las enfermedades-. De igual manera, hay que
evitar cosechar cuando el suelo, y nuestras hortalizas, estén húmedos, porque
si lo pisamos, vamos a propagar hongos y otras enfermedades.
En cuanto a la hora de cogerlas, siempre
vamos a intentar recolectar con nuestras manos, pero si no es posible,
cortaremos los frutos maduros con un cuchillo.
En próximas entradas hablaremos de cada
una de las hortalizas, cuándo cosecharlas y cuál es la mejor manera de hacerlo.
Y ahora, ¡a disfrutar del huerto!
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