Llega
el verano, el buen tiempo y las más que merecidas vacaciones y
seguro que muchos de nosotros tenemos previsto hacer alguna escapada
más o menos larga, hacer las maletas y cerrar bien nuestra casa para
desconectar unos días y cambiar de aires. Y entre los preparativos
para marcharnos con tranquilidad no puede faltar el típico encargo a
un familiar, amigo o vecino: “pasa de vez en cuando y riégame las
plantas”.
Pero
a veces, o no disponemos de alguien que lo pueda hacer o no nos
apetece dejar las llaves de casa, así que tenemos que
pensar cómo conseguir que, a la vuelta de las vacaciones, nuestro
huerto urbano siga tan lustroso como lo dejamos. Hoy vamos a ver cómo
instalar un riego por goteo en nuestra mesa de cultivo y cómo
adaptarle un programador automático.
Si
habéis empezado hace poco vuestro huerto urbano, es posible que
hayáis optado, de momento, por el riego manual, sobretodo, si estáis
cultivando en macetas independientes. Usar la regadera de toda la
vida es práctico porque permite controlar el agua que aportamos a
cada uno de nuestros cultivos porque ya sabemos que no todos
necesitan la misma cantidad ni al mismo tiempo pero, además de
obligarnos a esta físicamente con nuestras plantas -lo que es
difícil si nos vamos de vacaciones- no es el modo más eficiente ni
económico ya que, por mucho cuidado que tengamos, se acaba
derrochando el agua.
En
el blog ya hemos hablado del riego y de los diferentes métodos existentes como el riego por aspersión, el acolchado o el que hoy
nos ocupa: el riego por goteo. Las ventajas de este último, además
de mejorar el uso del agua utilizando solo la indispensable pasan
también por permitir un riego más constante, es decir, menos
cantidades de agua pero con menos tiempo de separación entre un
riego y otro. Esto permite reducir el conocido como 'estrés hídrico'
de las plantas ya que no notan una excesiva diferencia de cantidad de
agua en sus raíces entre un momento de riego y otro.
Además,
el riego por goteo es muy fácil de instalar, cómodo, se adapta a
cualquier cultivo y evita que las escorrentías de agua eliminen los
nutrientes del suelo ya que la cantidad de agua y su velocidad son
demasiado bajas como para arrastrar la tierra. Y, por último, y por
lo que hemos empezado hablando de este mecanismo: nos permite
programar el riego en ausencias prolongadas o siempre que queramos.
Este
sistema consiste en administrar pequeñas cantidades de agua mediante
una red de tubos que cuentan con orificios especiales diseñados para
no obstruirse con la tierra. Lo mejor del riego por goteo es que
distribuye el agua de manera que va a ser totalmente utilizada por
las plantas, sin perderse nada y, además, con este sistema es
difícil que aparezcan malas hierbas entre nuestras hortalizas, ya
que podemos controlar el caudal de riego y la frecuencia de una
manera exacta.
Podemos
usarlo sin problemas tanto si cultivamos en macetas como si usamos
mesas de cultivo. En Semillas Huerta y Jardín encontramos un kit de riego por goteo que trae un sistema con 24 goteros de régimen
turbulento de cuatro litros por hora a un bar (unidad de presión).
Son seis metros de tubería de riego de cuatro milímetros. Además,
cuenta con un convertidor para pasar de tubería de 16 milímetros a
tubería de 4 milímetros. Se trata de un kit al que se le puede
adaptar un programador automático.
Este
programador se coloca en el grifo. Hay que procurar que la unión
sea precisa ya que el grifo se quedará abierto y será el
programador el que controle el paso del agua. Simplemente, hay que
unir el tubo de riego y llevarlo hasta nuestros cultivos. Cuando
tengamos el 'croquis' hecho de por dónde irá el tubo de riego -para
las curvas nos serán muy útiles las piezas en forma de codos y de
'T'- sólo tenemos que hacer los orificios oportunos en el tubo junto
a cada planta y acoplarle las boquillas difusoras.
Al
usar un tubo maleable, el riego por goteo permite utilizarlo tanto
con mesas de cultivo como con macetas e ir ampliando la instalación
-sin realizar movimientos de tierra ni ninguna obra costosa y
farragosa- a medida que crece nuestro huerto urbano. Eso sí, a la
hora de programar, tened en cuenta la estación en la que nos
encontramos: por ejemplo, una mesa de cultivo de 1 metros cuadrado
con 20 centímetros de profundidad necesitará, aproximadamente, un
litro de agua por semana en invierno y 30 litros por semana en los
meses de verano. Si no disponemos de un grifo cerca de nuestro huerto
urbano, podemos colocar un pequeño bidón con un grifo acoplado.
Cuando
tengamos la instalación hecha, solo tenemos que programar el riego,
cerrar bien ventanas y puertas y disfrutar de las vacaciones (Y, a la
vuelta, ¡a disfrutar del huerto!).
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