Volvemos
a la carga ya entrado el verano con más energía si cabe, la que nos
da saber que tenemos unas horas más de luz al día, que se acercan
las vacaciones y que, quizá, podamos dedicar un poquito más de
tiempo a nuestro huerto urbano. Y no solo a regar, sembrar o abonar
sino, también, a leer y a aprender cosas relacionadas con la
horticultura como, por ejemplo, las enfermedades y los problemas que
pueden sufrir nuestras cultivos.
Por
eso, después de hablar de algunos hongos en los últimos artículos
del blog como la negrilla o el oídio, hoy vamos a volver al tema de
los virus, microorganismos causantes de una gran variedad de
enfermedades en los cultivos. En concreto, hablaremos del virus
de mosaico de la sandía, un virus que afecta a los cultivos del tipo de
las cucurbitáceas (melones, calabazas, calabacines...) y a muchas
especies de leguminosas. Se estima que este virus puede infectar a
más de 160 especies de plantas.
Los
síntomas varían mucho y dependen de la especie de cucurbitácea
afectada, el modo de cultivar, la cepa del virus y factores
ambientales pero, por lo general, los síntomas observados en las
hojas son mosaicos de color verde, arrugamiento, anillos cloróticos
y malformación. Los frutos no resultan demasiado afectados.
Debemos
de recordar que, una vez afectada la planta, no hay tratamiento más
allá de evitar la propagación y el contagio entre ejemplares
atajando por el camino más corto, como se suele decir: eliminando
las plantas infectadas por el virus. ¿Y cómo evitamos el contagio?
Buena pregunta. En artículos anteriores ya hablamos de la facilidad
con la que, nosotros mismos, podemos ser los transmisores de los
virus de una planta a otra a través de la ropa, las herramientas que
usamos en el jardín, etc. Así que será recomendable poner especial
atención en este aspecto en cuanto sospechemos que nuestro huerto
urbano puede tener un ejemplar infectado.
Pero
los virus también se pueden contagiar a través de injertos, del
polen, por el viento o, directamente, sembrando una semilla infectada
aunque esta última opción no es un problema en el caso que nos
ocupa pues el virus del mosaico de la sandía es un tipo de virus que
no se transmite a las semillas. Sin embargo, sí viaja de una planta
a otra a través de insectos, especialmente, del pulgón.
Así
que, otra de las maneras de evitar o prevenir que nuestros cultivos
se vean afectados y resulten infectados por el virus del mosaico de
la sandía o por algún otro tipo de virus es prevenir la aparición
de plagas en nuestro huerto urbano. Y ya sabemos que en el catálogo de Semillas Huerta y Jardín disponemos de multitud de productos para
conseguirlo.
Si
pese a todos nuestros esfuerzos, creemos que podemos tener plantas
contagiadas por este tipo de virus, lo importante en el control de
esta enfermedad es realizar las prácticas a tiempo: la limpieza de
restos de cultivos y plantas infectadas, la eliminación de malas
hierbas en la parcela, la limpieza de los bordes de los lotes o no
asociar el cultivo en la misma parcela.
Con
estas sencillas técnicas preventivas, nuestro huerto urbano debería
de estar a salvo de virus pero, como nunca viene mal extremar las
precauciones, recordad comprar las semillas que vayáis a plantar en
un sitio de confianza. En Semillas Huerta y Jardín tenemos una gran
variedad de semillas y brotes para escoger. Ahora sí, ¡a disfrutar
del huerto!
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